lunes, 27 de febrero de 2012

Fallece Maurice André


El francés Maurice André, considerado uno de los mejores trompetistas de música clásica del mundo, falleció el sábado a los 78 años de edad en la localidad vascofrancesa de Bayona, según informaron ayer diferentes medios galos.
André, que durante su dilatada carrera viajó por todo el mundo y tocó con los más grandes directores y orquestas, había nacido en 1933 en Alès, en el seno de una familia minera, y fue introducido en la música por su padre, aficionado al mismo instrumento.


Maurice André nació en Alès, cerca de Nîmes, el 21 de mayo de 1933, en el seno de una familia trabajadora en la cuenca minera del río Gard. El padre de Maurice tocaba la trompeta en sus ratos libres en la banda del pueblo, con lo que el pequeño Maurice se aficionó y acostumbró al peculiar timbre de este instrumento desde su más tierna infancia. Si bien a los catorce años Maurice también comenzó a trabajar en la mina, alternó dicha labor con las clases de música que le dio su primer profesor, monsieur Barthélémy, un trompetista que se había graduado en París y que volvió a su pueblo ante la falta de oportunidades en la capital francesa. En 1951, y siguiendo los consejos de su profesor, André empezó a estudiar con Raimond Sabarich, profesor de trompeta y corneta en el Conservatorio de París, quien consiguió que un año después su alumno fuese admitido en el citado Conservatorio. Allí, André se inició en el estudio del cornetín, un instrumento en plena decadencia pero fundamental y necesario para la iniciación de los futuros trompetistas. André se resolvió como un magnífico estudiante y ya en el primer año consiguió el Premier Prix del Conservatorio en cornetín, galardón que revalidaría al año siguiente en la especialidad de trompeta.
 Antes de promocionarse como solista, André se vio obligado a colaborar como trompetista en algunas de las mejores orquestas de París. Así, en 1953 (Con sólo 20 años) y por un espacio de ocho años, fue contratado como trompeta solista de la Orquesta Filarmónica de la Radio Televisión Francesa, aunque también colaboró para la prestigiosa Orquesta de los Conciertos Lamoureux. En 1955 ganó el primer premio del Concurso Internacional de Ginebra y graba sus primeros discos de música barroca.
Maurice André, como probablemente hubiera definido Quevedo, es “una trompeta pegada a un hombre”. André ha llegado hasta el límite de lo verosímil a la hora de adaptar sus características físicas al instrumento. Así, hace muchos años que llegó a modificar la forma de su embocadura en el sentido de aumentar el grosor de una parte del borde en donde encuentra su apoyo el labio superior. El músico ha confesado que se unta los labios con mantequilla antes de acostarse para lograr una mejor vibración sonora en la trompeta… Incluso, cuando los dientes incisivos superiores se le fueron separando por la edad, recurrió a los servicios de un reputado odontólogo que le “rellenó” los espacios interdentales. Con un extraordinario sentido del humor, André comentaba que aquello no era muy estético, pero sí del todo eficaz.


Dentro de la notable producción discográfica llevada a cabo por Maurice André podemos destacar las siguientes obras: La transcripción para trompeta de los Conciertos Op. 7 y Op. 9 de Albinoni, acompañado por la English Chamber y la Orquesta de Cámara de Württenberg dirigidas respectivamente por Charles Mackerras y Jörg Faerber (EMI); la integral de los Conciertos de Brandemburgo de Bach, acompañado de I Musici (ERATO); el Concierto para trompeta de Haydn, acompañado por la Filarmónica de Londres dirigida por Jesús López-Cobos (ERATO); el Concierto para trompeta de Hummel, acompañado por la Filarmónica de Berlín dirigida por Herbert von Karajan (EMI); la adaptación para trompeta del Concierto para óboe de Marcello, acompañado por la Filarmónica de Londres dirigida por Jesús López-Cobos (ERATO); el Concierto para trompeta de Leopold Mozart, acompañado por la Filarmónica de Berlín dirigida por Herbert von Karajan (EMI); el Concierto para trompeta en fa menor de Telemann, acompañado por la Filarmónica de Berlín dirigida por Herbert von Karajan (EMI); y losConciertos para trompeta de Vivaldi, acompañado por la Orchestra de Chambre Paillard (ERATO). Nuestro humilde homenaje al que posiblemente sea el mejor y más completo trompetista de la llamada música clásica.

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